Cómo mil agujas en mi pecho
se clavaron las palabras al asecho,
como cien líneas pude escribir del hecho
y sin embargo escogí olvidar, mal trecho;
y sin embargo sigo aquí sufriendo
por nada, por un pequeño invento
que mi envenenado corazón contento
creó sin pensar en el tormento
que fue el revivir, lo lamento.